sábado, mayo 23, 2009

LAS SEÑORITAS.




Decidimos acercarnos a Cáceres a ver a las señoritas, pero por el camino paramos en Deleitosa, un pequeño pueblo que me trajo recuerdos de cosas de antaño que ya no están en práctica pero que he conocido. Resulta, que de repente, sonó una música por los altavoces anunciando un bando que dijo: "Atención, se va a cortar el agua de medio pueblo para arriba", y no contentos con la primera, lo repiten una segunda vez. Miré a Pedro destornillada de la risa, porque ¿dónde empieza el medio pueblo para arriba?.

En mi pueblo también se han modernizado, ahora suena a mediodía una jota extremeña que canta a la Virgen de Guadalupe y anuncia que quien esté trabajando que se vaya a casa a comer porque ya es la hora. Antes esta tarea era cosa de Fernando, el alguacil, que iba con la corneta de esquina en esquina. A mi me encantaba verlo y en cuanto hacía sonar la corneta salía disparada por el pasillo a ver que nos contaba, hacía como una canción: "se hace sabeeeeeerrrrrrrr, que mañanaaaaaaaaa, venderán pescadooooooo, en la plazaaaaaaaa, del ayuntamiento". El final era seco y rotundo. Cosas de los pueblos que son dignas de mencionar porque por las ciudades ni se ven, ni se oyen, ni se recuerdan.

Tras esta introducción, os cuento la visita a las señoritas de Cáceres. Si leyeran esto me reñirían porque no les gusta nada que las llamemos así, pero no lo puedo remediar, así es como las llamaba mi abuela, después mi madre y ahora yo. Cuando era pequeña y contaban la historia de como conocieron a mi abuela en tiempos de guerra mientras ella estaba lavando la ropa de sus hijos en el río, a mi me parecían las hadas madrinas del cuento. Es un poco largo de contar y perdería mucho sentido si no me detuviera en los detalles, por lo que, resumiendo mucho, os contaré que en su época eran mujeres muy bien situadas y ayudaron a mis abuelos a salvar a uno de sus hijos, mi tio Felipe, cuando cayó enfermo, ya que, en esos años de guerra, tan duros, mis abuelos no tenían medios económicos para dar a mi tio los cuidados que necesitaba por su enfermedad, y en un pequeño pueblo extremeño perdido entre sierras mucho menos.

Así que he crecido oyendo hablar de ellas, han formado parte de nuestras vidas y nunca las olvido porque ayudaron mucho a mis abuelos en unos tiempos muy difíciles y encima sin conocerles de nada. Siempre me dicen que mi abuelo era un señor y un caballero. No son las únicas que hablan así de él, porque es verdad que lo era. Tenía clase y dignidad.

La visita fue muy interesante. Disfruto mucho de su compañía porque tienen unas vidas muy interesantes. Me encanta ir a verlas a su casa donde cada mueble tiene una historia, los retratos de sus antepasados despiertan mi imaginación, sus viajes, sus libros, sus detalles...me las estimo mucho. Son tres, Cuqui, Luisa y Mª Luisa. En la foto salen las dos hermanas, Cuqui y Luisa. Me llegaron al corazón porque Luisa estaba organizando fotos para repartirlas. Me dió algunas que me hicieron el día de mi boda porque dice que es muy mayor y que si se muere las van a tirar todas a la basura. Espero que eso tarde mucho en pasar, la verdad. Los albums de fotos que hace Luisa son dignos de ver. Los decora con fotos de Petete, hace recortes, los llena de flores...una auténtica obra de arte. Cuqui es entrañable, muy cariñosa y siempre sonríe. A Mª Luisa no la pudimos ver, otra vez será...ya le he dicho a Pedro que hemos de ir a visitarlas más a menudo. Me llaman "la niña", y la verdad es que a mi me encanta y me parece que tengo mucha suerte por haberlas podido conocer y disfrutar un poquito de su compañía, es una pena que estén tan lejos.

2 comentarios:

belén dijo...

Hola Lorena: Que historia más bonita, "la niña y las señoritas de Cáceres". siempre apareces muy bien rodeada con gente de la tercera edad,tú sí que sabes, los que conservan "la cabeza bien amueblada" como yo digo, son una fuente de sabiduría. Su casa parece un museo, me imagino que la tendrán llena de recuerdos. Mi niña ha leído el texto y según ha visto la foto me ha dicho: mami, la de la derecha es Cuqui porque Lorena dice que siempre sonríe y así sale en la foto, yo ni me había dado cuenta.

Mi madre también me tiene contado lo de los alguaciles. Aquí en Galicia nunca los vio; pero en si en los pueblos de León.
En las ciudades como Coruña lo que había era la figura de los serenos, debía de tener las llaves de todas las casas. Ella me cuenta que siempre que los necesitabas tocabas las palmas y aparecían enseguida. En fin son oficios que con el progreso han desaparecido.

Por cierto me preguntabas como había quedado Maite en Kárate quedó de cuarta. Dicen los deportistas que es el puesto más desagradecido porque quedas a las puertas del trofeo; pero mi niña que es muy conformista dice que prefiere ese puesto y no otro peor.

Aprovecho para decirle a Santos que he escuchado la canción de Eurovisión de Francia y como la traducción me pareció preciosa hoy la he colgado en el facebook y le he dado las gracias, aunque el no lo pueda ver,je,je,je.


Bicos, moitos bicos

Lorena dijo...

¡Hola Belén!, a mi las personas mayores me enternecen, la verdad, y disfruto mucho con ellas porque me aportan conocimientos de los que carezco, entre ellos la experiencia, los escucho, reflexiono y aprendo.
La casa de las señoritas es una pasada. Un museo porque conservan piezas únicas, es increible.
Tú niña es muy lista, tiene que ser un sol y tiene razón, la de la derecha es Cuqui.
Lo del toque de palmas lo desconocía, es una pena que se haya perdido la figura del sereno. Eso no he llegado a conocerlo, al alguacil si.
Maite es una campeona, porque a ver, que me pongan a mi a hacer kárate y veras en que puesto me quedo...jajajaja, felicítala de mi parte, es un muy buen puesto, pese a que sea como quedarse en las puertas de conseguir el trofeo.
Me voy corriendo a escuchar la canción de Francia. Yo tmb estoy en facebook, madre mia, ando en todos los tinglaos...
Muchos besotes, a Maite especialmente.